En un mundo como el fútbol donde la hombría y la virilidad
se consideran virtudes, resulta complicado reconocer tu homosexualidad como ha
hecho esta semana el ex internacional alemán Thomas Hitzlsperger. Su caso no es
el primero pero sí es hasta ahora el del jugador de mayor nivel y,
afortunadamente, parece que la noticia se ha tomado con la normalidad que
requiere pero no siempre ha sido así. Uno de los pioneros en reconocer su
homosexualidad fue el inglés de origen nigeriano Justin Fashanu y su valentía transformó su
vida en un infierno que le llevó al peor de los finales posible.
Fashanu inició su carrera en el Norwich City en 1978 y
pronto empezó a demostrar su calidad. De hecho, marcó el mejor gol de la
temporada frente al Liverpool y se convirtió en un habitual de la sub-21
inglesa. El mítico técnico Brian Clough se fijó entonces en él y lo fichó para
su Nottingham Forest por un millón de libras, siendo así el primer jugador
negro por el que se pagaba tal cantidad. Pero este fichaje en lugar de suponer
el despegue definitivo para su carrera, supuso el inicio de su calvario. Clough
se enteró que Fashanu visitaba con asiduidad locales de ambiente gay y
arremetió contra él con dureza llegando incluso a apartarlo del equipo. La
noticia de su homosexualidad corrió entonces por toda Inglaterra a pesar de que
él no lo reconoció pero entrenador, compañeros, rivales y afición no cesaron de
humillar e insultar al delantero.
Los problemas con su entrenador llevaron a Fashanu a dejar
su equipo e inició un periplo por Southampton, Notts County y Brighton & Hove Albion,
lugares en los que rindió a buen nivel hasta que sufrió una grave lesión de
rodilla. Emigró a Estados Unidos para recuperarse y se quedó allí jugando en Los Ángeles Heat primero y en los Edmonton Brickmen
después. Su buen hacer le trajo de nuevo a las Islas Británicas para jugar con
el Manchester City, pero ya nunca recuperó su nivel y terminó en el Leyton Orient
pasando por West Ham. Jugaba en este club cuando Fashanu dinamitó el fútbol
británico reconociendo en 1990 en el diario
The Sun que era homosexual y afirmaba haber tenido relaciones con otros
futbolistas y con miembros del Parlamento. Su condición era un secreto a voces
pero el reconocerlo supuso un golpe
tanto en el mundo del fútbol como en la sociedad. Nadie entendió a Fashanu y
todos comenzaron a criticarle, incluso su hermano John que dijo de él que era
un paria. Los medios de comunicación publicaron noticias inventadas sobre él y
sus ex compañeros del fútbol le repudiaron. Aunque su carrera continuó, ésta se
convirtió en una huida de la discriminación que le llevó por Escocia, Suecia,
Australia o Nueva Zelanda.
Retirado ya del fútbol y tras
haber sufrido durante su carrera discriminación tanto por su raza como por su
condición sexual, un último obstáculo se interpuso en la vida de Justin
Fashanu. En la época en que entrenaba al Maryland Maine en Estados Unidos, un
joven de 17 años acusó al ex futbolista de abusos sexuales. Aunque nunca se
pudo probar y fue declarado inocente, este hecho fue el golpe definitivo para
Fashanu, quién regresó de nuevo a Inglaterra para terminar allí con su vida
tras ser despedido por su club. El 3 de mayo de 1998, fue encontrado ahorcado
en un garaje en Shoreditch, cerca de Londres. Junto a él una nota que decía: “Me he dado cuenta de que ya
he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis
amigos y familia. Sólo espero que el Jesús que amo me dé la bienvenida y
finalmente encuentre la paz”.
La
historia de Fashanu sirve para ejemplificar las dificultades para un homosexual
en el mundo del fútbol y el miedo que pueden tener algunos jugadores a hacer
pública su condición sexual. El reconocimiento de Hitzlsperger puede suponer un
paso muy importante pero se antoja aun lejano el momento en el que la
homosexualidad no sea un tema tabú en el mundo del fútbol, que todavía sigue arrinconado dentro del armario.
Foto: telegraph.co.uk