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martes, 21 de agosto de 2012

Voces del cine

Muchos ven en el doblaje del cine una distorsión de la película. Quizá la censura durante la época franquista, que actuó en numerosas ocasiones contra el cine modificando algunas de las cintas que llegaban desde Hollywood, ha ayudado a acrecentar esta mala fama del doblaje. La verdad es que muchos títulos y guiones han sido modificados distorsionando así el film pero creo que, en general, el nivel del doblaje en España es muy bueno. A mí me parece que un buen doblaje puede llegar a mejorar notablemente una película, reconociendo que se han hecho trabajos calamitosos. Hoy día, se puede elegir sin problemas el ver una película en versión original o doblada, por lo que tanto los más críticos como los que son menos tienen sus opciones. Pero lo que no se puede negar es que se han establecido vínculos muy fuertes entre la figura de algunos actores y la voz de sus dobladores, tantos que se han convertido en un solo personaje.
La semana pasada leía en Vertele, que Ricard Solans no ha podido doblar a Sylvester Stallone en la segunda entrega de Los Mercenarios. Seguramente ese nombre no diga nada pero su voz es de las más conocidas del cine y, al leer la noticia, me vinieron a la mente grandes escenas de actores como Robert de Niro y Al Pacino, por lo que, además de desear a Ricard una pronta recuperación, quería compartir dos escenas míticas dobladas por el propio Ricard Solans.
Al Pacino en Pactar con el Diablo.



Robert de Niro en El Cabo del Miedo.

lunes, 20 de agosto de 2012

Los momentos de los Juegos Olímpicos ( III ): Gran Bretaña y Mohamed Farah


Gran Bretaña ha rayado a un nivel excepcional en sus Juegos. Han sumado 65 preseas, con 29 oros, sólo por detrás de Estados Unidos y China en el medallero. Suele ser lo habitual en el país organizador pero no por ello deja de ser admirable. La motivación de competir en casa, un programa adecuado y, por qué no reconocerlo, cierto favoritismo de jueces y árbitros llevan al anfitrión a alcanzar casi siempre su máximo nivel.
La actuación de los británicos es más admirable aun teniendo en cuenta que hace tan sólo 16 años en Atlanta no pudieron conseguir más que 15 medallas y solo una de oro. Desde entonces, se ha llevado a cabo una labor impresionante que ha recogido sus frutos en Londres.  Una inversión en infraestructuras, en técnicas de entrenamientos, en medicina y en la formación de deportistas que les ha llevado a ser la tercera potencia mundial en el deporte. La idea era formar campeones y no solamente deportistas, no importaba tanto la cantidad de atletas como la calidad, y los deportistas han sabido responder en la competición.
Los mayores éxitos han venido en remo, ciclismo en pista y atletismo. Precisamente, en esta disciplina es donde se ha coronado como uno de los atletas de los JJOO, Mohamed Farah. El de origen somalí ha conseguido el oro en los 5000 y los 10000 metros, logro que le sitúa junto a otros grandes como Bekele o Zatopek.
Mohamed Farah no ha tenido una vida sencilla. Nació en Somalia, se crió en Djibuti y llegó a Inglaterra a los 8 años sin saber una palabra en inglés, por lo que tan impresionantes han sido sus victorias como el unir en una misma celebración a todos los británicos, nativos e inmigrantes, en Londres, la misma ciudad que hace un año vivía unos graves disturbios de origen racial. Son ese tipo de cosas las que engrandecen los Juegos Olímpicos.

Foto: juegos-olimpicos.com

martes, 14 de agosto de 2012

Los momentos de los Juegos Olímpicos ( II ): Michael Phelps


La llegada de Michael Phelps a Londres no generaba la misma expectación que hace cuatro años en Pekín. Por aquel entonces, todo el mundo hablaba de la posibilidad de que el de Baltimore superara los siete oros de Mark Spitz, como así sucedió finalmente. Ahora, Phelps parecía estar en el ocaso de su carrera. En los últimos tiempos, había sido más protagonista por sus fiestas, sus excesos con el alcohol o sus escarceos con las drogas que por sus éxitos en la piscina. Pero el estadounidense tenía reservada una última exhibición justo antes de terminar su carrera deportiva.
Y eso a pesar de que el inicio de la competición no fue el mejor para él que tuvo que ver como los titulares de la natación se los llevaban Ryan Lochte o Yannick Agnel, además de su derrota in extremis en los 200 metros mariposa frente al sudafricano Chad Le Clos. Parecía que Phelps terminaría su carrera en la mediocridad, alejado de las conquistas que habían presidido toda su trayectoria. Pero ninguno de estos inconvenientes pudo con El Tiburón de Baltimore, que acabó sobreponiéndose subiendo en cuatro ocasiones a lo más alto del podio. La última junto a sus compañeros del 4x200 libre sumió al pabellón en una atmósfera de las que solo se ven en los momentos especiales. El propio Phelps se mostró más emocionado que nunca. Era el final de su carrera. El adiós de uno de esos deportistas únicos que aparecen cada cierto tiempo. Costaba creer que nunca se le volvería a ver en la piscina.
En total, Michael Phelps ha ganado cuatro oros y dos platas en Londres. En toda su carrera, 22 preseas, 18 oros, dos platas y dos bronces, más que ningún otro deportista en la historia olímpica. Es complicado señalarlo como el mejor deportista de la historia porque los nadadores cuentan con la ventaja de poder disputar más pruebas que otros atletas y porque no ha tenido la personalidad de otros grandes, pero deja un legado espectacular con solo 27 años. Ha estado más de 12 años en la élite, ya estuvo en los Juegos Olímpicos de Sydney, batió su primer récord mundial a los 15 años, después seguirían otros 36. Ha logrado 33 medallas en Campeonatos del Mundo a las que hay que sumarle esas 22 en Juegos Olímpicos, récord absoluto en toda la historia. Todos los Juegos nos dejan el adiós de algún ilustre, en esta ocasión, ha sido la despedida del más ilustre de todos, Michael Phelps. 

Foto: Reuters

lunes, 13 de agosto de 2012

Los momentos de los Juegos Olímpicos ( I ): Usain Bolt


La categoría de un deportista no se mide solamente en marcas soberbias sino también en su carisma. Cuando ambas cualidades se aúnan en un solo atleta, éste se convierte en un mito. Es exactamente lo que ocurre con Usain Bolt. El jamaicano se ha marchado de Londres con tres medallas de oro conseguidas con tres marcas estratosféricas, récord del mundo en 4x100 incluido, pero todavía más importante ha sido el cómo ha acrecentado su figura frente al aficionado, cada vez más rendido al astro caribeño, al que ven como un auténtico superhéroe pero con una cercanía impropia de su nivel.
En una disciplina, la velocidad, en la que lo habitual es ver atletas impertérritos, veloces como el viento pero fríos como el hielo, cuya seriedad desprende intimidación al público, Usain Bolt consigue despertar la mayor de las ilusiones. Los seguidores disfrutan con él y él lo hace con los seguidores. No solo compite para ganar sino que también busca la diversión, tanto la suya como la de los aficionados, sabedor de que éstos le esperan y de que disfrutan con su persona, además de con sus espectaculares marcas.
Personajes como Bolt no suelen gustar entre las altas instancias, éstos entienden que los deportistas son el último eslabón de un entretenimiento. Quieren que compitan pero que no vayan más allá. No conciben a los que se salen de los formalismos. Pero el público necesita de deportistas como Usain Bolt, capaces de emocionar y de conectar con ellos. Él sabe que ese es su principal valor por ello no le preocupa conseguir récords mientras siga levantando pasiones. Así ha ocurrido en el Estadio Olímpico de Londres, donde el público se entregó en cada una de las carreras en las que el jamaicano se alzaba con el oro.
Usain Bolt sale de Londres como uno de los grandes deportistas de todos los tiempos y como el indudable número uno en la velocidad. Yohann Blake amenazaba su corona pero dio un golpe de efecto espectacular, es el único velocista que gana el oro en los 100 y los 200 metros en dos Juegos Olímpicos consecutivos. Ahora todos esperan cuál será su próximo hito, seguramente en convertirse en el primer hombre que baja de los 9,50 en el hectómetro.