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miércoles, 29 de mayo de 2013

Vuelven las sospechas sobre Marta Domínguez



La pantomima en la que se ha convertido la Operación Puerto ha avergonzado hasta a los políticos españoles (que ya es difícil), que se llevan ahora las manos a la cabeza exigiendo que se siga investigando y que se celebre un nuevo juicio después de realizar una labor más que reprobable a la hora de esclarecer todo el ocultismo que rodea a las grandes operaciones antidopaje llevadas a cabo en España. En su intento por lavar la imagen del deporte español, la nueva Agencia Estatal Antidopaje realizó la semana pasada unas jornadas hablando de cómo se lucha contra los tramposos en nuestro país.
Toda esta parafernalia parece una pose de cara a la galería, justo cuando se acerca la elección de la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2020 a los que opta Madrid. La lucha antidoping en España sigue en entredicho, más aun cuando ha vuelto a salir a la palestra el nombre de Marta Domínguez, cuyo pasaporte biológico muestra irregularidades durante el año 2009. Su caso es el ejemplo más plausible del deportista español involucrado en casos de dopaje pero que cuenta con el amparo de nuestros responsables deportivos y políticos. De hecho es senadora desde 2011.
Cuando en 2010 fue detenida y acusada de un delito contra la salud pública y de blanqueo de dinero tras la investigación de la Operación Galgo parecía que su carrera se iba a desmoronar. Sin embargo, todo quedó en nada. La noticia de la Operación Galgo, que parecía iba a sepultar al deporte español, se diluyó entre razones de persecuciones políticas y procedimientos ilegales de investigación. No se dio ninguna explicación concreta. Marta Domínguez, a la que también se ha relacionado con la Operación Puerto, quedaba como una víctima y las autoridades antidopaje españolas volvían a mirar hacia otro lado.
Haya hecho o no trampas, el caso de Marta Domínguez merece una aclaración por parte de los organismos implicados. Los silencios no hacen más que aumentar las sospechas. Se echa en falta alguna explicación más sólida que el “fue una persecución política”. Más si cabe cuando los nombres de algunos de los otros implicados como Eufemiano Fuentes o Manuel Pascua no se tienen considerados como adalides de la limpieza deportiva. Es un buen momento para demostrar que el sistema antidopaje ha cambiado en España.

Foto: elconfidencial.com

viernes, 24 de mayo de 2013

Aznar, salvador de la patria



Con un futuro nada halagüeño, a Rajoy se le ha aparecido esta semana un fantasma del pasado en forma de José María Aznar. Como un padre severo que otorgó en su hijo preferido la confianza de continuar su legado pero que no está cumpliendo las expectativas, Aznar surge para llamar la atención ante la desviación de Rajoy.
José María Aznar concedió una entrevista el pasado martes en Antena 3 y criticó al Gobierno por, entre otros motivos, la subida de impuestos, por el incumplimiento del programa electoral y por no establecer medidas concretas que eviten la realización de un referéndum soberanista en Catalunya. No se trata más que la demostración de las fisuras internas en las que está inmiscuido el Partido Popular, pero lo que llama la atención de las palabras del ex presidente es la aureola de superioridad moral que él mismo se ha autoimpuesto. Con un egocentrismo desmesurado, él mismo se declara líder de España e insinúa su vuelta atendiendo a su propia responsabilidad, considerándose como una especie de salvador de la patria, como un héroe inmortal capaz de regresar para devolvernos de nuevo a épocas gloriosas pasadas. Si bien la gloria nos la otorgó la burbuja inmobiliaria que él mismo alentó y que después explotó para convertirse en una de las principales causas que nos llevaron a la situación en la que ahora estamos.
Conviene el exigir a Aznar algo de autocrítica. Entre tanta lección, pasó de puntillas cuando le tocó hablar de sobres, de corrupción o de financiación de partidos. Tampoco se acordó de las armas de destrucción masiva. Dudas que no acertó a despejar y que ensombrecen su figura como el salvador de la patria que él mismo cree ser. Su época ya pasó y no parece ser tan idílica como la pinta. Antes de reencontrarse con fantasmas del pasado, es preferible el hallar gente capaz de despejarnos el futuro.

Foto: 20minutos.es