A la consejería de Educación de Castilla-La Mancha le ha
llegado súbitamente una inquietud con respecto al nivel del fracaso escolar en
la región, cuya tasa de 26,9% es una de las más altas del país. Para
combatirla, ha decido establecer clases de refuerzo para los alumnos de 4º de
la ESO durante este verano, que serán impartidas por profesores interinos, si
bien su sueldo no está del todo claro. Se habla de 400 euros desde los
sindicatos aunque el gobierno regional dice que serán 1200. Estas es una de las
evidencias que muestran la celeridad de la decisión, tomada sin consultar a
todos los elementos de la enseñanza en Castilla-La Mancha.
Dejando a un lado si la medida será o no de utilidad, lo que
más sorprende de esta decisión es la repentina preocupación que le ha entrado a
la Junta de Comunidades por el sistema educativo después de que, desde que el
nuevo gobierno accediera al poder en 2011, se han llevado a cabo otras políticas que han hecho disminuir la calidad de la educación pública en la
región. Entre ellas están el despido de 5000 interinos y obligarlos a trabajar
gratis, la masificación de aulas, la eliminación de rutas escolares, la
reducción de becas universitarias o la eliminación de las becas de comedor.
El fracaso escolar no se soluciona haciendo un curso
intensivo de verano. El nivel de la enseñanza pública depende de otros muchos componentes
que han sido discriminados por las políticas de la consejería que dirige
Marcial Marín, que pretende ahora solucionar todos los problemas de la
educación con esta medida que, en una política educativa adecuada, no sería más
que una anécdota.
Foto: Europa Press