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viernes, 29 de junio de 2012

Cristiano Ronaldo y el Balón de Oro


El pasado miércoles, España eliminaba a Portugal de la Eurocopa pero en muchos mentideros futbolísticos la discusión se centraba en la figura de Cristiano Ronaldo. ¿Ha hecho suficientes méritos en la Euro 2012 como para llevarse el Balón de Oro? En realidad, no es una cuestión nueva. Se trata de un tema recurrente desde principios de año cada vez que el portugués o su archienemigo Messi marcaban un gol. Una individualización del fútbol llevada a tal punto que muchos siguen con más interés el duelo entre los dos astros actuales que el resultado de una competición.
La situación ha derivado de tal manera que algunos madridistas admiran más a Cristiano Ronaldo que a su propio club o selección. Hasta algunos dudaban si apoyar a España en el enfrentamiento contra el combinado de su idolatrado portugués. Seguro que estos mismos se lamentaban en las decepciones de España y celebraron como nadie sus recientes éxitos pero ahora, llevados por ese ridículo fanatismo que se vive en el fútbol español, se apenaban por dejar al de Madeira fuera del campeonato europeo. Parece que hay quién no se acuerda de que el Real Madrid ya existía antes de que llegara Cristiano Ronaldo y de que ya era el club más importante de la historia habiendo ganado numerosos títulos. De hecho, desde que el portugués llegó solo se ha ganado una Copa del Rey y una Liga, una nimiedad en un palmarés plagado de éxitos. Y cuando Cristiano deje el Real Madrid, éste seguirá existiendo como pasó con todos, incluidos Raúl o Di Stéfano.
El fútbol es un deporte colectivo engrandecido, por supuesto, por las grandes figuras que aparecen cada cierto tiempo como ahora Cristiano Ronaldo o Messi. Pero los títulos que valen son aquellos que logran el colectivo como la Champions, la Liga, el Mundial o la Eurocopa. El Balón de Oro solo es un mero entretenimiento más dentro de este deporte pero no puede ni mucho menos tener más valor que los verdaderos títulos.

Foto: que.es

jueves, 28 de junio de 2012

El otro fútbol


Hasta el año 2008, la selección española regresaba casi siempre a casa tras un gran campeonato lamentándose de su mala suerte. El dicho “jugamos como nunca, perdimos como siempre” servía para resumir una decepción tras otra. Ahora llevamos tres finales consecutivas. En gran parte, gracias a un fútbol que ha enamorado al mundo, pero también por una confianza y una seguridad que han servido para sobreponerse a las circunstancias más desfavorables.
España no ha realizado su mejor juego en esta Eurocopa. Sin embargo, ha vuelto a alcanzar la final. Las dudas y las críticas no han podido con la mejor generación de futbolistas españoles, que para lograr este éxito se han basado en un oficio digno de admiración y que nunca antes habían tenido nuestros jugadores. Era ese punto que tenían siempre alemanes, italianos o brasileños y que les servía para llegar a las rondas finales, esas que seguíamos en televisión con envidia y a las que ahora nos estamos acostumbrando. Es lo que siempre se ha conocido como el otro fútbol. Una cualidad que separa a los grandes equipos de los buenos. España podía jugar bien o mal pero a la hora de la verdad casi siempre se veía superada, porque para ser el mejor no basta con jugar un buen fútbol sino que hay que sacar ese alma de campeón que desnivela eliminatorias decisivas. Y eso no se aprende entrenando, es algo que va intrínseco al campeón y cuyo valor se acrecienta con la historia.
Ese otro fútbol en el que ahora España es también una referencia está permitiendo que La Roja esté a un paso de lograr un hito en la historia del fútbol. Los de Del Bosque han estado en esta Eurocopa contra las cuerdas en varias ocasiones, lejos de la brillantez de 2008 o 2010, pero mientras que los seguidores perdíamos los nervios o nos cebábamos con las críticas al equipo y al seleccionador, España eliminaba a rivales con la confianza y seguridad del que se sabe campeón.
La historia de nuestro fútbol ha cambiado. Gracias a una maravillosa generación de futbolistas, España será para siempre una de las grandes y, pase lo que pase el domingo, ese es un motivo más que suficiente para recordar a esta selección.

Foto: 20minutos.es

martes, 19 de junio de 2012

Del Bosque no es intocable


Vicente del Bosque cuenta con la credencial de haber sido el único seleccionador nacional que nos ha llevado a conquistar el Campeonato del Mundo. Un éxito que merece todo nuestro respeto y admiración, sin duda, pero que también le ha convertido en una especie de sabio intocable al que no se puede discutir porque es el que nos ha llevado a la gloria y, por ende, el que más sabe. Seguramente sea así y sus conocimientos están por encima de los de los demás pero en esta Eurocopa ha habido decisiones cuestionables y criticarlas no es ni mucho menos discutir su autoridad ni la esencia del juego de España porque como él mismo ha señalado, el estilo es innegociable. Nadie dijo que ganar cada partido fuera fácil por ser campeones del mundo pero este título conlleva una responsabilidad que sí que hay que demostrar todos los días.
Parece que cualquier crítica que no comience con un “bajo mi humilde punto de vista”, “en mi modesta opinión” o “con el máximo respeto” se convierte en un ataque desmedido contra el seleccionador nacional. A todos los entrenadores que han dirigido a España hasta ahora se les ha criticado, a algunos de ellos duramente. Hasta Luis Aragonés, iniciador del estilo que ahora caracteriza al combinado español y que nos ha llevado al éxito, ha sido vilipendiado en determinadas ocasiones. ¿Por qué entonces no se puede estar en desacuerdo con Del Bosque?
Las decisiones de Del Bosque son criticables, como las de cualquier otro. Lo es el que no se defina si el equipo juega con delantero centro o sin él o que Jesús Navas no tuviera a nadie a quien centrar en el partido frente a Croacia. También es cuestionable que se abuse del toque sin apenas verticalidad y velocidad. Seguramente el nivel físico de algunos futbolistas como Xavi, Busquets o Alonso no sea el más adecuado y no está ayudando a que España alcance su mejor nivel. Pero también es labor de Del Bosque el echar mano de otros jugadores que hasta ahora solo han servido para dar nombre al banquillo de la selección.
El sábado frente a Francia comienza la verdadera Eurocopa. Ahora no se permiten errores por lo que la selección debe pulir varios detalles para volver a ser campeones de Europa. Si no se hace, España será eliminada y volverán las críticas a Del Bosque porque es el máximo responsable y porque, aunque haya sido el mejor seleccionador de la historia del fútbol español, no se ha convertido en intocable.

Foto: Mundo Deportivo

jueves, 14 de junio de 2012

El mito Armstrong se tambalea


La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) acusa a Lance Armstrong de haberse dopado y de participar en una red de distribución de sustancias dopantes durante su carrera deportiva. No es la primera vez que se acusa al tejano de dopaje pero hasta ahora siempre ha caído todo en saco roto, si bien su honor se ha mancillado ya en muchos momentos y esta acusación parece la más grave hasta ahora.
Nadie puede negar que Lance Armstrong es un luchador que consiguió vencer al cáncer. Ése es un mérito que no se le puede quitar pero eso no esconde que su contribución al ciclismo fuese más perjudicial que beneficiosa. Armstrong controló el ciclismo mundial durante casi una década, pero no sólo en la carretera. En los despachos, el americano también era el capo haciendo y deshaciendo a su antojo desde la sombra con tácticas más propias de la mafia mientras daba lecciones de moralidad al mundo. Tras regresar después de su enfermedad, el estadounidense se supo con la autoridad suficiente como para crear un sistema con él como líder y en el que había que eliminar cualquier voz discordante, ya sea en lo deportivo o en lo personal, puesto que se consideraba el único capaz de dictaminar lo bueno y lo malo. Su poder llegó a tales cotas que se ha rumoreado que, tras dejar el ciclismo, su idea era dedicarse a la política, aunque esa opción parece ahora algo lejana tras haberse manchado ya demasiado su imagen. Su mito se tambalea, esa figura del perfecto americano indestructible parece haber quedado atrás incluso para los suyos.
Para llegar a alcanzar ese poder, Armstrong ha sabido rodearse de gente afín y que tampoco dudaban en utilizar medios cuestionables para sobreponerse a la adversidad. Johan Bruyneel ha sido muy importante en su carrera y se encuentra también acusado ahora por la USADA. El director belga ha tenido mucho poder en el ciclismo y también en los laboratorios. Curiosamente, ninguno de sus ciclistas ha dado positivo en un control antidopaje, solamente cuando dejaron su disciplina ciclistas como Floyd Landis, Tyler Hamilton o Roberto Heras pitaron en el antidoping. Algunos ex – corredores de Bruyneel han hablado de dopaje masivo en el seno del equipo pero todos ellos han sufrido un linchamiento público que les ha llevado al más cruel del ostracismo.  Con el dictamen de la USADA, Bruyneel ve también que se encuentra en el momento más delicado de su carrera porque a esta acusación hay que añadir que la situación en su equipo es insostenible con enfrentamientos públicos con los hermanos Schleck o con Chris Horner y con resultados deportivos muy mediocres para un equipo con la categoría de Radioshack. La caída de Lance puede suponer también la suya.
La gente considera que el desplome de Armstrong a los infiernos sería un golpe muy duro para el ciclismo y, efectivamente, lo es. Pero no hay que olvidar que muchos de sus compañeros de generación han caído también y muchos de mala manera con un linchamiento público que a algunos, como Pantani, les ha costado la vida y parece que eso no ha importado a nadie. Todo ello, mientras Lance Armstrong alcanzaba cotas inmensas de poder ayudado por personas de dudosa reputación como el médico italiano Michele Ferrari, metido de lleno en varias redes de dopaje. Lance Armstrong no puede quedar impune cuando ha sido el gran beneficiado de la ventaja médica mientras otros han caído en innumerables desgracias. El quitarle los siete Tours de Francia es lo de menos, porque muchos de los primeros clasificados de esa época también han estado implicados en casos de dopaje. Lo mejor sería anularlos y pasar página pero sin dejar marcharse de rositas a un personaje que ha corrompido el mundo del ciclismo.

Foto: sport.es

miércoles, 13 de junio de 2012

El Rescate


El Gobierno lleva cuatro días presumiendo de haber recibido la “ayuda financiera” de Europa, mientras el resto del mundo hace mofa de la alegría de De Guindos o Rajoy. La política de comunicación del Gobierno parece querer mostrar normalidad y confianza justo en el instante en el que el rumbo parece dirigirse irremediablemente hacia una situación límite. Pero este discurso no está calando esta vez ni fuera de nuestras fronteras ni entre los ciudadanos, los que de verdad sienten la crisis y que asisten, en muchos casos, al desmoronamiento de su futuro. La gente sabe que un “crédito al sistema bancario” de 100.000 millones no será en balde y que nadie da dinero a cambio de nada, por lo que la situación no es de tranquilidad por más que Mariano Rajoy viaje a Polonia para vivir el debut de España en la Eurocopa.
“Lo del sábado”  demuestra la ineficacia del Banco de España y la mala gestión de nuestras cajas de ahorros, gobernadas por políticos de uno y otro lado, tanto los que se congratulan de la “ayuda de la Unión Europea” como los que pronostican un futuro desolador.
Por el momento, lo único que podemos hacer los ciudadanos mientras esperamos la “asistencia del Eurogrupo” a nuestros bancos es exigir que se diga la verdad y que se llame a las cosas por su nombre. Tan denostable es crear alarma social como negar lo evidente, cosa que el Gobierno ha hecho ya en demasiadas ocasiones. Lo cierto es que Mariano Rajoy dijo que haría cualquier cosa para intentar salvar a España aunque lo hubiese negado anteriormente, por lo que parece tener vía libre para decir lo que quiera. Pero los ciudadanos parecen ir agotando poco a poco su confianza en los políticos, que saben que se la juegan con la gestión de esta “inyección bancaria”, una situación límite que puede suponer tanto una oportunidad para levantar el vuelo como la puntilla que nos lleve al desastre.

Foto: teinteresa.es