Hoy se cumple un año desde la arrolladora victoria del
Partido Popular en las Elecciones Generales. Mariano Rajoy llegaba a la Moncloa
en una situación agónica para España pero con un discurso cargado de
optimismo que se ha tornado irreal. Si bien la deuda pública ha disminuido en
algo más de dos puntos, la prima de riesgo y el paro han continuado su ascenso
irremediablemente, alentados además por medidas que parecen totalmente
ineficaces. La situación es hoy indiscutiblemente peor que en noviembre de
2011. El descontento social ha ido aumentando exponencialmente en estos doce
meses pero el Gobierno, lejos de escuchar a la ciudadanía, ha intentado
reprimir las voces discordantes. Tan sólo se presta oído a las directrices que
vienen desde Alemania.
Por si fuera poco, a Mariano Rajoy se le ha presentado otro
problema además del económico. El desafío independentista de Artur Mas, más
allá de sus connotaciones políticas, supone otro quebradero de cabeza más, justo
cuando el PP discutía el centralizar materias para disminuir costes y
desagraviar la crisis económica.
Decía el Presidente que el escenario mejorará a partir de
2013, pero sus palabras y predicciones no cuentan con ningún valor después de
haber variado sus políticas tantas veces como se ha necesitado,
independientemente de anuncios y declaraciones anteriores. Aun así, ante tan
negro panorama, cabe esperar que por esta vez Rajoy esté en lo cierto.
Foto: elpais.com
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