El Clásico de ayer sirvió para demostrar por enésima vez la
categoría de dos futbolistas como Messi y Cristiano Ronaldo y para que el Real
Madrid alejara definitivamente los fantasmas que merodean al equipo cada vez
que se enfrenta al Barcelona. Por fin Mourinho sacó la alineación de más
calidad, olvidándose de trivotes y de planteamientos miedosos o casi violentos.
El único ataque de entrenador que tuvo el de Setúbal fue el meter a Essien en
los últimos minutos y, curiosamente, esa decisión casi cuesta el partido a los
blancos. El Real Madrid ya no teme al Barça y la diferencia entre ambos es casi
inexistente, esto no sirvió ayer para conseguir la victoria pero sí puede tener
su importancia de cara al futuro.
Sin embargo, el que salió más beneficiado del encuentro de
ayer fue el Barcelona. Sólo el error de Pepe permitió a los de Vilanova despertarse
después de una primera media hora a merced de los merengues. Desde ahí, y guiados por
un excepcional Messi (seguramente el mejor del partido), los blaugrana comenzaron
a dar la cara al partido pero da la sensación de que este Barça no es el de
años anteriores, le falta fluidez en el juego y, sobre todo, carece de la
seguridad defensiva que era una de las mejores armas que tenía el equipo con
Guardiola. La carestía defensiva se ve aumentada además por las bajas, que
obligó ayer a Vilanova a sacar una defensa de circunstancias. Este hecho es lo
que más debe alegrar a los culés y lo más achacable al Real Madrid. Los
primeros fueron capaces de mantener la diferencia de ocho puntos y los segundos
dejaron escapar vivos a un equipo devaluado. Por ello, el Barça debe estar muy
satisfecho tras el Clásico.
Pero lo más destacable del partido del Camp Nou ayer fue la
deportividad. Los jugadores demostraron que la intensidad no tiene nada que ver
con la violencia. La imagen de los contrincantes abrazados tras el pitido
final es la mejor señal de que la época de la crispación entre los dos grandes
clubes de nuestro fútbol ha quedado atrás.
¡Ah! También hubo reivindicación política en el estadio pero
quedó totalmente eclipsada por el gran partido.
Foto: elconfidencial.com
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