Powered By Blogger

sábado, 17 de diciembre de 2011

El día que un niño eliminó a España

Ayer fue día de sorteos en el fútbol europeo. Hubo una época en la que el sorteo no decidía los enfrentamientos sino directamente quién avanzaba. El 17 de marzo de 1954, la selección española quedaba eliminada en su lucha por clasificarse para el mundial de Suiza que se disputaría ese mismo año. La culpa fue de un niño llamado Franco Gemma.
Os pongo en situación. España venía de lograr un meritorio cuarto puesto en el mundial de 1950 en Brasil y partía como una de las selecciones candidatas para el siguiente campeonato del mundo ya que contaba en sus filas con uno de los mejores jugadores del planeta, Ladislao Kubala.
Para decidir quiénes serían los participantes en la cita de Suiza 54, la FIFA organizó una fase previa en la que España se las tendría que ver con Turquía, una selección inferior a priori. El día de Reyes de 1954 se disputaba el encuentro de ida en el Santiago Bernabéu y una España con muchos no habituales doblegaba a los otomanos sin problemas por 4 a 1 con goles de Venancio, Gaínza, Miguel y Alsua.
Para el partido de vuelta, disputado el 14 de marzo, la selección española que dirigía Iribarren sí que contó con su equipo de gala, incluido el gran Kubala. Sin embargo, los españoles perdieron el partido por 1-0 y se debía disputar un partido de desempate. En aquella época, no existía el gol average, por lo que a los turcos les bastaba con conseguir la victoria para igualar la eliminatoria.
Tres días más tarde, se iba a disputar en el Estadio Olímpico de Roma el partido de desempate. Pero antes de empezar, la selección española iba a sufrir un contratiempo. La delegación recibía un telegrama procedente de la FIFA que decía “Attention equipe espagnole situation jouer Kubala”. Esto se interpretó como que Kubala no podía jugar dicho partido. Tiempo después, la FIFA negó que hubiera enviado este telegrama por lo que aún hoy no se sabe su procedencia. La consecuencia fue que el genial futbolista no jugó aquel partido.
Cuando comenzó el encuentro, España se encontró con un partido durísimo y un árbitro sospechoso. A pesar de todo, Arteche adelantó a los de Iribarren pero Turquía remontó y solo un gol de Escudero al final pudo forzar el empate. En la prórroga, el colegiado anuló dos goles a los hispanos y se llegó así al final. Todavía no existía la tanda de penaltis por lo que la clasificación se iba a decidir en un sorteo en la sala de prensa del estadio. Para el sorteo, se introdujeron dos papeles con los nombres de las dos selecciones en un sombrero. Por allí pasaba un niño llamado Franco Gemma, hijo de un trabajador del estadio, al que se pidió que cogiera uno de los papeles. En él se leía “Turchia”.
Así, un sorteo injusto y un niño dejaron a España sin disputar el Campeonato del Mundo de 1954.

No hay comentarios:

Publicar un comentario