Con miedo. Así afrontó Carlo Ancelotti ayer el partido en el
Camp Nou. Miedo que transmitió a su equipo y del que se percató el Barcelona.
Eligió el peor escenario posible para hacer probaturas que se mostraron a todas
luces ineficaces y que evidenciaron el temor que el técnico italiano tenía al
equipo blaugrana. Colocó a Sergio Ramos de mediocentro en una lastimosa declaración
de intenciones y el sevillano anduvo perdido sobre el campo sin apenas
intervenir y viendo una tempranera amarilla que le condicionó el resto del
partido. Por otro lado, jugó sin delantero centro y situó de falso nueve a Bale,
posición en la que el ex del Tottenham no se siente cómodo. En realidad, el
galés no está para jugar en ningún sitio. Pareció que su titularidad estaba
metida con calzador.
Cuando Illarramendi y Benzema ingresaron en el campo, el
partido cambió pero el Madrid ya había regalado más de la mitad del encuentro. Bastó
con colocar a cada futbolista en su sitio para que el Madrid diera la cara e
incluso superara por momentos al Barcelona. Porque este Barcelona no es el de
años pasados y en cuanto los de Ancelotti empezaron a carburar, retrocedió
líneas como hacía tiempo que no lo hacía en un partido. Por ese motivo, aun se
entiende menos el planteamiento de Ancelotti, que dio por sentada una
superioridad blaugrana que no es tal.
El miedo de Ancelotti supuso la victoria del Barça por 2 a 1
y la diferencia de 6 puntos entre ambos equipos. Queda Liga pero en un
campeonato con tanta superioridad de los grandes sobre el resto, la distancia
podría resultar decisiva.
Foto: antena3.com
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