La selección española de basket ha conseguido su segundo título europeo consecutivo. Seguramente, sea la culminación de una generación liderada por Pau Gasol y que probablemente tendrá que renovarse tras los Juegos Olímpicos del próximo año, después de una década de éxitos.
Todos estos éxitos de España han conseguido que la atención sobre la selección haya aumentado. Pau Gasol es, en buena parte, gran culpable de esto. Pero mientras la selección llega a millones de españoles, la liga ACB ha ido perdiendo seguidores desde mediados de los noventa hasta ahora. Mientras el baloncesto español vive los mejores momentos de su historia (en los últimos cinco años ha conseguido un mundial, dos europeos y una medalla de plata olímpica), los dirigentes de los clubes no han sabido aprovechar el tirón. Las audiencias en los partidos de ACB que se emiten en abierto son paupérrimas, la repercusión mediática es escasa y el baloncesto ha pasado a ser un deporte para elitistas. Muchos son los culpables y muchos los que tendrán que sentarse a reflexionar sobre cómo conseguir que la liga (que, a partir de este año se llamará Endesa) vuelva a recuperar el interés perdido.
Hay varias causas que han influido en llegar a esta situación: el paso a la televisión de pago del baloncesto a finales de los 90, la multitud de horarios en los que se disputan los partidos, los continuos cambios de nombres de los equipos a consecuencia de los patrocinadores, la gran cantidad de traspasos que llevan a cabo los clubes…
Además, la mayoría de los grandes jugadores españoles usan la liga local como trampolín para jugar en la NBA. Esta selección, por ejemplo, tenía hasta seis jugadores que actúan en la liga norteamericana.
Así que enhorabuena a la selección de baloncesto por todos estos años que nos están regalando y toque de atención a los rectores de la liga española por no lograr que la competición despierte mayor interés mediático y del gran público.
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