Apuntaba maneras de gran escalador, pero Nairo Quintana se
confirmó la semana pasada en el País Vasco como un ciclista todoterreno cuyo
límite está todavía por averiguar. No se trata del típico escarabajo
colombiano, combativo con la carretera empinada pero torpe en el resto de
situaciones, sino que domina cualquier tipo de escenario sobre la bicicleta. Precisamente
en la montaña vasca no consiguió el colombiano su mejor nivel, por eso
sorprendió más si cabe la estratosférica contrarreloj que se marcó en la
jornada final para llevarse la victoria por delante de dos ciclistas del
inabordable conjunto británico Sky, Richie Porte y Sergio Henao.
Las prestaciones desarrolladas por el de Movistar en los
últimos tiempos lo señalan como posible aspirante a realizar grandes
actuaciones en alguna de las rondas de tres semanas en un futuro próximo, pero
lo que se cuestiona dentro del mundo de la bicicleta es si se deberían otorgar
galones de líder al de Boyacá en esta misma temporada, incluido en el Tour de
Francia.
Alejandro Valverde es el indiscutible líder del equipo
telefónico para la ronda gala y sus directores tienen total confianza en el
murciano, que se encuentra ante una de sus últimas oportunidades de conquistar
los Campos Elíseos. Sin embargo, Valverde nunca ha podido disputar la victoria
del Tour y la performance de Quintana en 2013 ha sido superior, logrando
victorias importantes que, al menos, merecen que se le considere algo más que
un gregario.
La manera de trabajar de Eusebio Unzúe y los suyos hace que
parezca una quimera el que cambien su idea inicial de apostar ciegamente por
Valverde, pero el joven colombiano tendría que tener libertad para demostrar su
valía en las carreteras francesas. No obstante, Quintana tiene 23 años, por lo
que, si este año no cuenta con el liderazgo que algunos reclaman, tendrá
oportunidades en el futuro para lograr éxitos importantes.
Foto: abc.es
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