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martes, 7 de febrero de 2012

El bochornoso "Caso Contador"

Ayer parecía desarrollarse el último capítulo del Caso Contador, aunque el anuncio hoy del ciclista de que continuará hasta el final con su defensa puede que alargue todavía más el proceso. Se trata, sin lugar a dudas, de una de las historias más esperpénticas y bochornosas que jamás ha vivido el ciclismo, dejando de lado si Alberto Contador es culpable o no. Un despropósito que deja en mal lugar a la lucha contra el dopaje y al ciclismo.
La rocambolesca historia comenzó con la Unión Ciclista Internacional tratando de ocultar el positivo por clembuterol de Contador e intentando un pacto con el ciclista porque creían que una cantidad tan pírrica no podía considerarse dopaje. La misma UCI se sumaba luego a la AMA para recurrir la sentencia de la Federación Española de Ciclismo que absolvía al de Pinto. No sé si por miedo a quedarse con el culo al aire o porque después cambiaron su opinión y pensaron que sí que era doping. Lo que está claro es que la filtración del positivo en Alemania cambió los planes de la federación internacional.
Desde entonces, todo ha sido un despropósito que ha durado casi 600 días para obtener una resolución que le sanciona porque dio positivo aunque no está probado que se dopara. Algo tan simple como eso podría haberse decidido en mucho menos tiempo y no haber alargado tanto esta agonía. Eso es lo más grave de esta sentencia, el tiempo. Mientras, Alberto Contador ha estado corriendo con su pertinente licencia y logrando triunfos de manera lícita que ahora se le quitan y que, por otro lado, dejan clasificaciones totalmente desvirtuadas. Contador habrá pasado decenas de controles durante 2011 y todos han dado negativo. Es entendible que se le desposea del Tour de Francia 2010 pero no de lo que ganó el año pasado. ¿Por qué ahora le despojan de esas victorias? ¿Por qué se le ha permitido seguir corriendo? ¿Por qué la sanción cuenta desde que se conoció el positivo y no desde febrero de 2012? Quizá sea un reconocimiento dentro del propio TAS de que las cosas no se han realizado con la correcta diligencia y no han querido perjudicar más a Contador.
En cuanto si la cantidad de clembuterol era mínima no se puede negar su existencia. Había clembuterol y es positivo. Las normas son las que son, injustas o no. Pero es enormemente incongruente que la sanción sea la misma para un deportista al que se le reconoce que no se sabe por qué había sustancias dopantes en su cuerpo que a uno que lo admite y contra el que hay pruebas fehacientes. Aunque también hay que tener en cuenta que solamente el laboratorio de Colonia donde se le hizo la prueba a la orina de Contador puede detectar esa cantidad, lo que tampoco habla muy bien del sistema antidopaje que debería realizar las mismas pruebas para todos.
Por otro lado y desde el punto de vista jurídico, el Código Mundial Antidopaje parte de una base que atenta totalmente contra los derechos humanos. En caso de positivo, el deportista parte de la presunción de culpabilidad y tiene que demostrar su inocencia. Algo inconcebible en cualquier juicio. En este caso, ha sido suficiente con saber que había una sustancia prohibida en el organismo para sancionar admitiendo incluso que se desconoce su procedencia y reconociendo que no había dopaje. Pero es que, además, en el ciclismo las aberraciones contra los deportistas superan cualquier límite. Lo más grave es que han sido los propios ciclistas los que lo han permitido y son los únicos que pueden acabar con ello.
La sanción a Alberto Contador debería ser un punto de inflexión en el mundo del ciclismo y del dopaje. Los corredores y los equipos deberían unirse y hacer frente común frente a la UCI y a la AMA para defender sus derechos. Sin embargo y lamentablemente, creo que no pasará nada. Contador cumplirá su sanción, competirá en agosto y volverá a ganar porque es el mejor ciclista en vueltas por etapas del mundo. Todo ello mientras siguen produciéndose procesos irregulares e injustos de otros ciclistas que, probablemente, no tengan tanta repercusión porque no tendrán la misma importancia que Contador.
Por último, tengo que decir que yo creo a Contador a pesar de que la teoría del solomillo parezca alucinante. Y no por esas suposiciones de que a los deportistas españoles les tienen ganas porque no creo en conspiraciones (aunque lo de los guiñoles de hoy en Francia atacando a todo el deporte español es lamentable). Creo en Contador porque me parecería increíble y tremendamente retorcido que una persona defienda tan firmemente su inocencia engañando con ello a todo el mundo si de verdad es culpable, declarándose incluso como ejemplo de deportista limpio. Aunque hay que admitir que fuera de nuestras fronteras las cosas se ven de otro modo y la mayoría ven a Contador como culpable.

Fotos: cadenaser.com; lavozlibre.com

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