Es el Atleti

Es de admirar esa gente que ante en un mínimo resquicio de esperanza ven una gran oportunidad. Son los optimistas por naturaleza. Por el contrario, nunca he entendido a aquellos que, dependiendo de las circunstancias, son capaces de pasar del más absoluto de los optimismos al pesimismo más exagerado. El paradigma de este pensamiento son los aficionados del Atlético de Madrid. Hoy los oímos en las tertulias celebrar como un título su victoria de ayer frente al Udinese y vaticinar una temporada repleta de éxitos.
Cierto es que en unos tiempos en los que, salvo las plantillas de Real Madrid y Barcelona, ningún equipo cuenta con grandes cracks, el plantel del Atlético de Madrid está entre los más potentes de la Liga y de la Europa League. Cuentan con uno de los porteros más prometedores del fútbol europeo, Courtois, y con un delantero como Falcao, que el año pasado estuvo al nivel de los mejores goleadores. Deberían realizar una gran temporada pero es el Atleti.
Hace dos días, ni sus propios seguidores confiaban en su equipo. Señalaban a Manzano o a Reyes y enterraban las ilusiones que había despertado el conjunto colchonero al comienzo de la temporada. Ahora, vuelven a desenterrarlas, ¿hasta cuándo?
Quién hoy se haya encontrado a un atlético presumiendo de equipo, puede encontrárselo despotricando de él, la semana que viene dependiendo de lo que ocurra el domingo. Son los atléticos. El equipo que deslumbró frente al Udinese, puede que deambule por el campo frente al Getafe y volverá a hablarse de si Manzano no debe entrenar a este equipo o de la aportación de Reyes. Volverán a pasar del optimismo al pesimismo. Es el Atleti.