No se puede hablar de aparición, a pesar de que Sagan solo cuente con 22 años, pero sí ha sido la carrera de su confirmación. Ganó la cuarta etapa en Chieti con un final en muro en el que dejó atrás a todos los grandes de la prueba y realizó un fantástico trabajo en la sexta jornada para su líder Nibali.
Su carácter y su enorme clase a tan temprana edad suponen una aparición en el mundo de la bicicleta que no se recuerda desde la irrupción de Frank Vandenbroucke a mediados de los 90. El malogrado ciclista belga fue uno de los mejores talentos que ha dado este deporte, sin embargo sus problemas deportivos, psicológicos y con las drogas acabaron por frustrar su carrera y su vida. Pero, en el caso de Peter Sagan, parece que su profesionalidad no está cuestionada y que está centrado en convertirse en uno de los más grandes.
Sagan lleva ya dos años siendo uno de los mejores ciclistas del mundo. En 2010, con 20 años, consiguió, entre otras, dos etapas en Paris-Niza, dos en California y una en Romandía. Y el año pasado, fue, con 15 triunfos, el segundo corredor que más victorias consiguió solamente por detrás de Philipe Gilbert. La mayoría de esos triunfos, además, fueron de primer nivel, como sus tres etapas en la Vuelta a España, en el que era su debut en rondas de tres semanas, dos victorias parciales en la Vuelta a Suiza y el primer puesto en la Vuelta a Polonia, además de dos etapas.
A su edad, tiene un palmarés solo comparable al de los más grandes. A esto hay que sumar que el chico se defiende bien en cualquier tipo de terreno. Muchos lo veían como un sprinter pero ha cosechado victorias en finales en repecho, como en esta Tirreno-Adriático e, incluso, en etapas de alta montaña, pruebas que se pensaba que serían su Talón de Aquiles, como el año pasado en Vuelta a Suiza, además del etapón que se marcó en la Vuelta a España el día del Anglirú trabajando para su equipo. Y también contra el crono tiene buenas prestaciones. En 2010 fue segundo en el prólogo de Romandía.
Además, el chico tiene carácter. En esta última victoria en Tirreno-Adriático desafió toda jerarquía de equipo imponiéndose a su líder Vincenzo Nibali, lo que ocasionó problemas dentro de la escuadra del Liquigas.
¿Dónde está entonces su límite? Solamente el tiempo lo dirá. Muchos ven en él a un gran sprinter, otros creen que dominará en las clásicas de Flandes y las Ardenas, puede que se convierta en especialista en vueltas de una semana o puede, por qué no, ser en un futuro candidato a vencer en alguna de las tres vueltas grandes. Su talento, sin duda, hace que se espere de él casi cualquier cosa.
Foto: esciclismo.com
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